En el primer trimestre de 2023, México ha alcanzado un logro histórico al posicionarse como el principal proveedor de mercancías a Estados Unidos, superando a China, que ocupó esta posición en los dos años anteriores de forma consecutiva. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas del gobierno estadounidense, las importaciones de mercancías provenientes de México alcanzaron un valor de $115,500 millones USD en los primeros meses del año, lo cual representa el 15% del total de importaciones de Estados Unidos, publicado en Statista. Aquí algunas de las posibles razones detrás de este acontecimiento y la especulación sobre las perspectivas a mediano y largo plazo respecto a este comportamiento.
Una de las razones fundamentales para el crecimiento del comercio entre México y Estados Unidos, además de la cercanía geográfica, es la existencia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La geográfica otorga una ventaja logística significativa en comparación con otros países proveedores, lo que permite tiempos de entrega más cortos y costos de transporte más bajos. Además, el T-MEC ha proporcionado una mayor seguridad y confianza para las inversiones y el comercio entre los países miembros, lo que ha impulsado el flujo de mercancías.
En los últimos años, se ha observado una tendencia a la reestructuración de las cadenas de suministro, impulsada por factores como el aumento de los costos laborales en China, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, y la pandemia de COVID-19. Muchas empresas estadounidenses han buscado diversificar sus fuentes de suministro y reducir su dependencia de China, lo que ha llevado a una mayor exploración de México como alternativa viable. La capacidad de México para ofrecer una mano de obra calificada y costos competitivos ha sido un factor clave en esta reestructuración, promoviendo el fenómeno del nearshoring, donde las empresas optan por establecer operaciones más cercanas a su mercado principal.
En las últimas décadas, México ha experimentado un crecimiento significativo en su industria manufacturera, especialmente en sectores como la automotriz, electrónica, aeroespacial y de dispositivos médicos. La inversión en infraestructura, la capacitación de la fuerza laboral y el fomento de la innovación tecnológica han contribuido a la mejora de la competitividad de México como productor y exportador. Estos avances han fortalecido la posición de México como proveedor confiable y de calidad para Estados Unidos.
A mediano plazo, es probable que México continúe consolidando su posición como principal proveedor de mercancías a Estados Unidos. Las condiciones favorables, como la estabilidad macroeconómica, de nuevo la ubicación geográfica estratégica y el marco legal establecido por el T-MEC, continuarán atrayendo inversiones y promoviendo el comercio bilateral. Además, se espera que la recuperación económica posterior a la pandemia impulse la demanda de bienes y productos, lo que beneficiará a México como proveedor.
Además de la reestructuración de las cadenas de suministro, nearshoring, es importante destacar que los acuerdos comerciales que México ha establecido con otros países desempeñan un papel crucial en la obtención de importaciones a precios muy competitivos para la transformación de estos en mercancías terminadas destinadas a la exportación. México es miembro de una amplia red de tratados de libre comercio, que incluyen el Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP) y una serie de acuerdos bilaterales. Estos acuerdos han facilitado el acceso a mercados internacionales, fomentando la integración de México en las cadenas de suministro globales y permitiendo la importación de dichos insumos esenciales para la producción de bienes de exportación. Esta diversidad de acuerdos comerciales fortalece la posición de México como un proveedor confiable y competitivo no solo en Norteamérica sino en el comercio internacional en general.